Tesis del bien!
Con gran orgullo fuimos mencionados en el Trabajo de Finalización de Curso por Stephanie Kolesza Biancatto Oscar Dantas, de la carrera de Turismo de la Universidad Federal Rural de Río de Janeiro. (UFRJ). Quienes siguen nuestro trabajo saben que uno de nuestros frentes es la Educación Ambiental. Para los D4Fs este es uno de los principales elementos para cambiar la mentalidad de las personas. Invitamos al estudiante a escribir sobre el trabajo, que está disponible aquí. A continuación, echa un vistazo a su texto.
Por Stephanie Kolesza
Cada día crece el interés de la gente por las experiencias de buceo para observar tiburones y la preocupación por su futuro. Un agravante para garantizar la preservación de estos animales es que aún hoy en día los tiburones son considerados por la gran mayoría de las personas como animales peligrosos que deben ser sacrificados. Todo esto porque, el foco de los reportajes siempre está puesto en las desgracias que involucran a los tiburones y sus víctimas en las playas.
Pero lo cierto es que, cada año, decenas de millones de tiburones mueren en la pesca depredadora e ilegal en todo el mundo debido al gran interés que suscitan sus aletas, que son vendidas a los restaurantes para cocinar las “famosas” y lamentablemente muy buscadas, sopa de tiburon aleta de tiburon. Los precios de venta de las aletas son tan de altura, lo que ha supuesto un obstáculo muy grande para que los conservacionistas convenzan a los pescadores de abandonar esta práctica, que se denomina Finning, o aleteo de tiburón.
70 millones de muertos
Para satisfacer la creciente demanda de aletas, alrededor de 120 países, incluido Brasil, matan 70 millones de tiburones al año en todos los océanos. Actualmente, el 43% de las especies de tiburones en la costa brasileña ya están amenazadas de extinción. Y si no se hace nada, decenas de especies se extinguirán en las próximas décadas.
Por otro lado, para algunos buzos y grandes defensores de estos hermosos animales, este tipo de pensamiento necesita ser cambiado, dando oportunidad para la implementación de nuevas prácticas, aunque sean sostenibles.
En las inmersiones que se realizan para conocer a estos fantásticos seres, se puede observar que la relación hombre x animal puede ser mucho más beneficiosa para ambos cuando se renuncia a la violencia y se da el respeto, facilitando así una posible convivencia. Encontrarse cara a cara con un tiburón puede ser una de las experiencias más increíbles que una persona puede tener. En algunas inmersiones, los animales se pueden ver hasta a un metro de distancia.
Una inmersión que salva vidas
Esta actividad ha ido creciendo poco a poco, y en algunos lugares del mundo, como Galápagos, Australia, Hawai e incluso aquí en Brasil en Fernando de Noronha, la práctica del turismo submarino con tiburones ha sido tan buscada y rentable, que ha convencido a las autoridades locales para preservar sus especies y elaborar una diversidad de
proyectos para atraer más turistas.
Estudios estadounidenses señalan que un solo tiburón vivo vale 13 mil dólares al año, y tiene una esperanza de vida de hasta 15 años. Por tanto, es evidente que un tiburón vivo rinde mucho más al año y además fortalece la economía local a través del turismo.
Un ejemplo de acción exitosa tiene lugar en las Bahamas, que hoy es conocida como un lugar para buceadores de tiburones, y revela que sus ingresos anuales cierran en 78 millones de dólares. Esto sucede directamente a través de la interacción tiburón x visitante, y no incluye los beneficios asociados con el turismo, como alojamiento, tours y restaurantes.
Ejemplo del Caribe
En julio de 2011, el gobierno de las Bahamas aprobó una ley que prohíbe el aleteo de tiburones en sus aguas y prohíbe el comercio y la exportación de productos derivados del tiburón.
Además de las Bahamas, el archipiélago de Palau -un conjunto de islas en el Océano Pacífico- genera 18 millones de dólares al año por el turismo de buceo con tiburones y también representa dos millones de dólares para la economía de la pequeña nación.
Estudios estadounidenses señalan que un solo tiburón vivo vale 13 mil dólares al año, y tiene una esperanza de vida de hasta 15 años. Por tanto, es evidente que un tiburón vivo rinde mucho más al año y además fortalece la economía local a través del turismo.
Proteger y generar ingresos
Pero además de la preservación de las especies, está el cuidado del medio ambiente: en aguas donde el ecosistema marino está equilibrado, el riesgo de ataques es casi nulo, ya que los animales se alimentan con su cadena natural. En estos lugares, los tiburones ya están acostumbrados a la presencia de humanos buceando junto a ellos.
Esta debe ser la nueva realidad que se extienda por el mundo y genere ingresos para el desarrollo del turismo, a diferencia de la pesca depredadora donde los ingresos son mucho más bajos y solo una vez, por unas pocas ollas de sopa.